El hashtag #BlackLivesMatter surgido en el año 2012, se hizo viral en todas las redes sociales a raíz de la muerte de Trayvon Martin, un chico afroamericano cuya desgracia abrió una vez más el debate acerca de la brutalidad policial y la desigualdad social que aún se vive en Estados Unidos y el mundo.
La noticia recobró fuerza hace unos días cuando, en los mismísimos pasillos de las oficinas de Facebook ubicadas en Menlo Park, California uno de los empleados tachó la frase «la vida de los negros importa» para anotar en su lugar «todas las vidas importan», acción que sin duda disgustó bastante al CEO y fundador de la popular red social, Mark Zuckerberg.
A pesar de que el tema del racismo ya había sido tratado por Zuckerberg, fue la semana pasada cuando las cosas llegaron a su límite, orillando al CEO de la compañía a emitir un comunicado sobre el tema:
«Black lives matter no significa que otras vidas no importen, sino que se trata simplemente de un pedido para que ellos alcancen la justicia que merecen».
Mencionó también que no es la primera vez que este tipo de comportamientos ocurren en su equipo: «A pesar de haber comunicado en nuestro último encuentro de preguntas y respuestas lo inaceptable de estos sucesos, volvieron a ocurrir. Ya me encontraba desilusionado por el comportamiento irrespetuoso previo, pero ahora considero que esto se ha convertido en algo malicioso»
Aunque se ha tratado de frenar lo más posible las prácticas racistas tanto dentro como fuera de las instalaciones de la empresa, es un hecho que el sesgo racial existe, según se puede comprobar por el hecho de que el porcentaje de empleados de Facebook con origen afroamericano apenas supera poco más del 2%.