Sí, estamos en víspera de navidad, y los vuelos comerciales están llenos de personas viajando para encontrarse con sus seres queridos. Y aunque los retrasos por el mal tiempo y por uno que otro inconveniente del aeropuerto o la aerolínea son comunes, que un vuelo se retrase debido al nombre de una red wi-fi es sin lugar a dudas un hecho un poco peculiar.
Impensable, sí. Al menos hasta hace algunas semanas, cuando el Note 7 de Samsung fue betado de los vuelos. Lastimosamente, una historia con dichos elementos será la anécdota que un grupo de desafortunadas personas contarán a su familia y amigos. Los pasajeros del vuelo 358 de Virgin America que cubre el trayecto de San Francisco a Boston tuvieron casi una emergencia y estuvieron a punto de ser desviados de su rumbo porque un bromista decidió identificar su red wi-fi con el nombre de “Samsung Galaxy Note7_1097”. Y es que, como todos sabemos, el Galaxy Note 7 se ha vuelto un auténtico pavor en las líneas aéreas por sus problemas de combustión instantánea.
¿Qué paso exactamente? Bueno, pues lo primero que debemos recalcar que todos y cada uno de los viajeros y personal del vuelo llegaron sanos y salvos a su destino, aunque con algo de retraso por el pequeño inconveniente. La persona en alertar sobre la red fue el pasajero Lucas Wojciechowski. Según cuenta el propio Lucas, el abrió su ordenador para buscar conexiones. Lo que encontró fue la red relacionada al Note 7, lo que puso en alerta a Lucas; posteriormente, él alertó al personal de vuelo sobre la posible presencia del dispositivo en el vuelo. La tripulación comenzó todo un dispositivo de emergencia al punto de que hasta el mismo capitán del vuelo tuvo que amenazar a los pasajeros para que el culpable entregará el dispositivo o, de lo contrario, desviaría el avión y alertaría al Departamento de Transportes de Estados Unidos. El culpable entrego el teléfono y el vuelo pudo continuar.
Aunque la mayoría de los Samsung Galaxy Note 7 han sido retirados del mercado, las autoridades estadounidenses han afirmado que un buen número de esos dispositivos siguen en uso. Operadoras telefónicas han comenzado a desabilitar los teléfonos, aunque con dicha medida no elimina totalmente el riesgo de explosión de las baterías de los teléfonos.