Que te gusten los dulces no significa necesariamente que te pongas a engordar inmediatamente. Para nada. Si no lo crees, pregúntale a los fanáticos de Candy Crush, el juego más popular en Facebook. Hay gente que se pasa muchísimas horas jugando, tratando de agrupar dulces de un mismo color. Pero lo más curioso es que también gastan cantidades enormes de dólares.
Y no son dos o tres personas, sino que se trata de decenas de millones de usuarios, lo que se traduce en ganancias millonarias a la semana para sus desarrolladores.
Seguramente, habrás visto a alguien atrapado en su Android o en su iPhone y habrás pensado que estaba intercambiando mensajes con su mejor amigo… Pues no. La verdad es que hay un truco que los psicólogos conocen bien y es el que genera este fanatismo. Se llama el “efecto Zeigarnik”.
Tiene que ver con el deseo urgente de resolver algo que necesita o puede resolverse de alguna manera sencilla. Y este juego provoca este efecto en sus usuarios, quienes necesitan esperar media hora para resolver los diferentes niveles del juego que no han logrado completar. En definitiva, un juego basado en la gestión del nivel de satisfacción de cada usuario.
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