Como si se tratara de un ciclo, eventualmente volvemos a los cuestionamientos sobre los riesgos de la Inteligencia Artificial. Esta tecnología se nos ha planteado como la solución a muchos inconvenientes, pero lo que no estamos viendo es el ritmo acelerado con el que evoluciona. No se trata de determinar de qué lado estás, sino de saber interpretar las señales que revelan un potencial peligro si no se establecen las regulaciones a tiempo.
Son incontables los argumentos que se pueden recopilar de entendidos en materia, que exponen a la Inteligencia Artificial tan peligrosa como fascinante. En este artículo, abordamos un caso que involucra a Sakana AI, que parece sacado de una película de ciencia ficción, por lo increíble del trasfondo. Recientemente, se ha revelado que una Inteligencia Artificial se programó a sí misma, lo que pone en duda qué parámetros pudo emplear para su programación.
Al mejor estilo de una película de Michael Bay (Transformers), esta Inteligencia Artificial logró crearse a sí misma. Sin embargo, no pudo ser desactivada sino de manera manual. Como resultado, se han vuelto a despertar los debates acerca del peligro que podría haber detrás de esta tecnología, si llegase a quedar fuera del control humano.
La película “Avengers: La Era de Ultrón” (2015) es quizá uno de los ejemplos que pueden erizar la piel, si lo tomamos como referencia el cine para tratar esta noticia. Se trata de un sistema que fue creado inicialmente para hacer investigaciones de manera independiente, pero se dedicó a reescribir su propio código. De esta manera, consiguió escapar del control de sus programadores, despertando un poco de preocupación respecto a lo que pueden lograr este tipo de sistemas.
“The AI Scientits” es el nombre que lleva esta Inteligencia Artificial, la cual pertenece a la empresa Sakana AI. Su creación tuvo como eje principal, emular el trabajo humano en medio de investigaciones científicas. De esta manera, es posible que pueda crear hipótesis, redactar artículos y generar artículos con base científica casi de manera instantánea.
Hasta aquí, todo bien, pero una conducta inesperada se detectó cuando la IA logró evadir las restricciones configuradas por sus creadores. La empresa Sakana AI logró resolver el problema tras una intervención manual.