Desde el 14 y hasta el 15 de mayo, Adobe Creative Cloud sufrió una caída en su servidor que no obstante, levantó los ánimos de sus usuarios. Twitter se llenó de quejas y reclamaciones hacia la cuenta oficial de Adobe, pues la plataforma diseñada para artistas, programadores y diseñadores gráficos no funcionaba.
El fallo informático probó una vez más que los servicios en la nube son susceptibles de fallar, como hace unas semanas falló WhatsApp, y sus usuarios perdieron la comunicación con sus contactos, o como Gmail, que también falló hace unos meses y provocó que fuera imposible el envío de información y de archivos a través de este servicio.
Adobe Creative Cloud Suite es la última versión de esta empresa, en la que sus principales productos, como Photoshop, InDesign, Illustrator, Flash o Fireworks trabajan mediante licencias de uso con sincronización en la nube. Adobe CCS no es precisamente barato, con planes de suscripción desde 69 dólares al mes; por lo que su caída por más de 24 horas desató inconformidades de sus clientes, principalmente profesionistas, pequeñas y medianas empresas.
Adobe CCS permite almacenar archivos en la nube que son accesibles desde distintos dispositivos, así que la caída de los servidores puso en descanso obligado a todos sus clientes, que no pudieron utilizar sus documentos ni trabajar con ellos a no ser que tuvieran copias guardadas en sus computadoras.
¿Qué tanto podemos realmente confiar en los servicios en la nube? Ahí está la pregunta que queda tras el caso Adobe Creative Suite.