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Análisis: el Xiaomi 12 Pro entra de lleno en la lucha por la mejor cámara

Xiaomi nos ha demostrado que también puede entregarnos móviles de alta gama. Su nuevo dispositivo, el Xiaomi 12, deja claro que puede competir con cualquier gama alta que se le ponga por delante ya que cuenta con varias características para plantar cara en el segmento. No es el teléfono más caro de Xiaomi a la venta en varios mercado, ya que ese es el puesto ostentado por el Xiaomi Mi 11 Ultra.

Eso sí, el Xiaomi 12 Pro es el Xiaomi con mejor procesador, con el sistema de carga más rápido del momento y por si eso fuera poco, llega con la ambición necesaria para competir en la gama más alta. Analizamos a fondo el Xiaomi 12 Pro, un teléfono que, ya te adelantamos, llega con tantas luces como sombras.

Ficha técnica del Xiaomi 12 Pro

XIAOMI 12 PRO
PantallaAMOLED LTPO de 6,73 pulgadas2K a 3.300 x 1.440 píxelesRefresco de 1 a 120HzCorning Gorilla Glass Victus
ProcesadorSnapdragon 8 Gen 1
Memoria RAM12 GB LPDDR5
Almacenamiento256 GB UFS 3.1
Cámaras traserasPrincipal: 50 megapíxeles Sony IMX707Gran angular: 50 megapíxeles con f/1,9Teleobjetivo: 50 megapíxeles
Cámara frontal32 megapíxeles
Batería4.600 mAhCarga rápida de 120 WCarga rápida inalámbrica de 50 WCarga inalámbrica inversa de 10 W
Sistema operativoAndroid 12 con MIUI 13
ConectividadWiFi 6 Bluetooth 5.2GPSNFCUSB tipo C
Dimensiones163,6 x 74,6 x 8,16 mm (en cuero el grosor es de 8,88 mm)
Peso204 gramos (205 gramos en cuero)
OtrosLector de huellas bajo la pantallaAltavoces estéreo Harman Kardon

No es fácil diferenciarse en diseño en la gama alta, pese a que los materiales de construcción rocen la excelencia. El Xiaomi 12 Pro es otro de esos terminales que apuestan por el cristal y el aluminio, pero ha sabido hacerlo con un toque diferencial.

Sigue siendo un móvil con un módulo metálico de cámara notable, pero la fórmula funciona muy bien en lo estético. El sensor principal acapara todo el protagonismo (y no es para menos, ya que es el único móvil del mercado con el Sony IMX 707), mientras que el ultra gran angular y el teleobjetivo, pese a ser sensores de relativo buen tamaño, pasan desapercibidos.

El acabado trasero es mate y repele bien las huellas, aunque atrapa con bastante facilidad la suciedad y el polvo. Cuenta asimismo con una curvatura trasera que lo hace más ergonómico y, pese a ser un móvil enorme, es bastante agradable al sostenerlo. La parte trasera cumple así con nota y, en concreto, en este color gris rezuma elegancia y sobriedad.

Los bordes que recubren al Xiaomi 12 Pro están fabricados en aluminio, siendo también metálica la botonera. Será necesaria una mano de buen tamaño para llegar a los botones de volumen, aunque el botón de inicio sí que se ubica en una posición accesible. 

En la parte inferior encontramos altavoz, bandeja para la tarjeta nanoSIM y puerto tipo C, mientras que la parte superior reserva el puerto infrarrojo (un añadido poco común, pero muy útil) y otro añadido que pocas veces vemos: un altavoz independiente para el sonido estéreo. Por lo general, la gama alta combina el altavoz inferior con el altavoz de llamadas, pero en este caso contamos este altavoz superior independiente para reproducción multimedia.

Si miramos el terminal por delante, nos encontramos ante uno más en el club de la curva. El frontal está protagonizado por la enorme pantalla de 6,73 pulgadas, con un aprovechamiento frontal de casi un 90%, según GSMarena. La barbilla inferior es ligeramente más alta que el marco superior, aunque la sensación al verlo es de todo-pantalla, con una pequeña perforación en su parte superior para alojar la cámara frontal.

El panel se ve bastante bien bajo el sol, y la única pega que tiene es inherente a los paneles curvos: la curva. Resulta curioso que la propia Xiaomi tenga en cuenta que estos paneles son problemáticos a nivel de respuesta táctil en los bordes, hasta el punto en que MIUI 13 viene con una opción para ignorar toques accidentales.

Lo Malo

Este teléfono tiene bastantes problemas en rendimiento sostenido, y MIUI 13 reduce al mínimo la potencia del terminal en cuanto la batería empieza a bajar del 50%. De hecho, sobre el 30 y el 20%, empezamos a notarlo más lento.

No es extraño que un móvil, cuando anda sobre un 15 o un 10%, empiece a limitar su rendimiento, pero notar caídas a partir del 50% es un problema. Conforme cae la batería, llegamos a encontrar lag, juegos que no se mueven como deben, algunos tirones, y mucho tiempo para responder a los comandos.

¿La solución? Poner el móvil en modo ‘rendimiento’, el cual acaba con todo tipo de throttling, a cambio de gastar más batería. Del 50% al 100% de batería y con el modo rendimiento activo, el Xiaomi 12 Pro vuela, por lo que esperamos que alguna actualización logre acabar con el problema.

Batería y Autonomía

La característica estrella en este Xiaomi 12 Pro es el sistema de carga de 120W el cual, curiosamente, no viene activo por defecto. Tenemos que irnos ajustes, batería y ahí «aumentar velocidad de carga». Del mismo modo, cada vez que carguemos el teléfono a 120W, nos saldrá un aviso por si queremos desactivar esta función.

Son muchas precauciones para un sistema de carga que, según Xiaomi, es completamente seguro para la vida útil de la batería, aunque siempre es bueno poder escoger si queremos usarlo o no. Si no activamos la carga ultra-rápida, cargaremos a 67W y apenas tardará media hora en cargarse al completo. Queda en manos del usuario usar los 120W o no, una buena noticia.

Con los 120W hemos logrado la cifra exacta que promete Xiaomi: 17 minutos para cargar del 1 al 100% con el móvil encendido. Este escenario solo se da si el móvil está con la pantalla apagada, si usamos el móvil la carga rápida desciende bruscamente. En nuestro caso, si usamos el teléfono con apps o juegos, no carga más allá de 20W, por lo que la carga se va adaptando al uso, y solo ofrece el pico máximo de potencia al estar en reposo. La carga inalámbrica es de hasta 50W y cuenta con carga inalámbrica inversa de 10W, para usarlo como una power bank.

Pese a que los 120W sean un gran añadido, la autonomía es problemática. Si somos exhaustivos con el rendimiento, apreciamos unas pérdidas de las que la competencia no adolece, y MIUI 13 sigue siendo una genial ROM a nivel práctico, pero llevamos más de un año arrastrando bugs que no se arreglan.

Si Xiaomi quiere competir con los mejores necesita pulir su software, mejorar sus cifras de autonomía y atar cabos sueltos, como la falta de HDR en vídeo a 60 FPS o selfies. Deberes pendientes mejorables, en su mayoría, con actualizaciones.