El juicio iniciado en 2005 llegó a su fin, y un jurado federal dictaminó este martes que Apple no incurrió en ninguna ley de competencia al vender iPods y canciones con un software que impedía que la música fuera transferida a otros dispositivos rivales.
Los iPods vendidos entre 2006 y 2009 incluían el software llamado FairPlay, que tampoco permitía que canciones compradas en otras tiendas de música fuera de iTunes se escuchara en los reproductores de Apple, una medida para combatir la piratería.
Este martes, tras tres horas de deliberación, el jurado aceptó la defensa de Apple que señalaba que FairPlay era la forma en la que la empresa “protegía a sus usuarios”. La compañía celebró el veredicto y declaró que cada actualización del iPod e iTunes ha sido impulsada “para hacer que la experiencia del usuario sea aún mejor”.
Por su parte, los demandantes no se quedarán de brazos cruzados, y ya preparan la apelación al dictamen del jurado. La contraparte, compuesta por unos ocho millones de clientes afectados por las políticas de Apple, buscaba conseguir 350 millones dólares en compensación por los daños, cifra que podría haberse triplicado si en el juicio se comprobaba que Apple había violado las leyes de competitividad estadounidenses.
FairPlay quedó descontinuado en 2009 y ya no está incluido en los reproductores portátiles de Apple, aunque los iPods aún tienen limitaciones para transferir archivos musicales entre dispositivos, principalmente mediante Bluetooth.