Es la primera vez que Tim Cook, CEO de Apple, tendrá que testificar en un juicio. Tras varios meses de acaloradas disputas, el caso de Apple contra Epic Games llega a los tribunales. Hoy comienza así la batalla legal por las comisiones del 30% de la App Store y por la decisión de Apple de echar a Fortnite de la tienda de aplicaciones cuando el popular juego intentó utilizar su propio sistema de pagos.
Está en juego el futuro de la App Store y la cantidad que Apple cobra a los desarrolladores. Una gestión de iOS y su tienda de aplicaciones que también ha llevado a servicios como Spotify a presentar su propia denuncia ante la Comisión Europea. Unas quejas recientemente escuchadas donde se establece que Apple ha abusado de su posición dominante y puede enfrentarse hasta una multa de 23.000 millones de euros.
Los casos de Epic Games y Spotify buscan en el fondo lo mismo: demostrar que el control de Apple sobre la App Store es anticompetitivo e intentar forzar que la compañía abra más el ecosistema, sea para rebajar considerablemente las comisiones o para permitir la instalación de otras tiendas de aplicaciones, como ocurre en Android.
La comisión del 30%, denominada por Epic Games como «tasa Apple», es la vía por la que estos desarrolladores están atacando el control que Apple ejerce sobre iOS. Se trata de una gestión que tiene sus defensores y detractores, aunque la opinión popular no parece estar del lado de Apple en esta ocasión. Hace unas semanas, en el Senado de los Estados Unidos, los distintos políticos acusaron a la App Store de ser «monopolio literal». Una visión mantenida por prácticamente todos los legisladores, cuando lo más habitual es que haya posturas muy diferenciadas.
En el juicio entre Epic Games y Apple, los primeros no tienen mucho que perder. En este sentido, Apple se juega mucho más, aunque durante sus dos años en la App Store, desde Epic Games consiguieron unos 700 millones de dólares con Fortnite. Según defienden desde Epic Games, el juicio no será tanto una cuestión monetaria o de restitución del juego en la App Store, sino de hasta qué punto Apple tiene la exclusividad de la App Store o puede forzar a que los desarrolladores tengan que utilizar su sistema de pagos.
De permitir otros sistemas de pagos, Apple podría perder una importante fuente de ingresos.