Hace algunas semanas, se dio a conocer un reporte de Kotaku que giraba en torno a la problemática del hackeo en las partidas de Overwatch en Corea. Desde el polémico informe, Blizzard, compañía desarrolladora del juego, no había dado ninguna declaración ni se sabía a ciencia cierta que medidas estaba tomando para combatir el problema. Los coreanos, por su parte, demandaban constantemente explicaciones, ya que mencionada situación estaba afectando en demasía la experiencia de juego en la escena del país.
Las medidas fueron anunciadas hoy, ¿son demasiado extremas?
Básicamente, Blizzard busco tras bambalinas un acuerdo con las PC Bangs de Corea, y en él se detalla que la compañía recibiría un porcentaje de dinero por hora de juego registrada en Overwatch, y a cambio de esto, los dueños de los establecimientos coreanos de juego renunciaría a su registro único. Esto simplificaría en gran medida el acceso al modo online para los usuarios, y ya que estos tendrían que registrarse formalmente a Battle.net. Ha sido esta parte del proceso con Batlle.net, en la que solo los dueños de las Bangs estaban inscritos, lo que ha generado una cantidad innumerable de partidas hackeadas que volvieron la experiencia de juego en algo incómodo para los usuarios coreanos de Overwatch.
Al principio, era evidente que Blizzard decidió ignorar las quejas, pero luego de la enorme cantidad de reclamos, la compañía decidió tomar cartas en el asunto y anunció que a partir de hoy realizará los cambios pertinentes para que el hackeo se detenga y deje de afectar las partidas. El primer paso se basará en modificar los términos de registro y quitar algo de poder a los dueños de las PC Bangs, pues su registró único se ha terminado y ahora los usuarios que entren al modo online en Overwatch deberán hacerlo por medio de las computadoras de los establecimientos, es decir, tendrán que registrarse formalmente en Battle.net.
Pero la cuenta y una password no será el único requisito. Como parte de las medidas de seguridad, Blizzard demandará incluir su número de seguridad social, algo que dificultaría la duplicación de identidad para hacer mal uso del juego en caso de ser banneados. La medida espera aminorar los efectos que el hackeo de partidas tiene en Overwatch, donde se llegó a considerar como un problema cultural.