El consejo de la ciudad de Bruselas ha dicho que ayudará hasta con 900 euros a quienes decidan comprar una bicicleta, optar por la utilización del transporte público o servicios de coche compartido siempre que se dé de baja un vehículo. Una medida que también se ha tomado en España y que, sin embargo, demuestra que el coche es difícilmente sustituible.
Cuando un conductor se muestra reacio a dejar de lado su viejo coche contaminante no es únicamente por una cuestión de dinero. A menudo se alegan una serie de intangibles (como la libertad que ofrece o la comodidad en los días de mal clima) que pueden superar con creces las ayudas aportadas para optar por medios de transporte menos dañinos con el medio ambiente.
Desde hace años, Bruselas premia a quienes dejan de lado su coche. Este año, la cantidad de la ayuda aumentó, elevando la cifra hasta 900 euros para quienes dan de baja su vehículo y ganan menos de 37.600 euros o 52.600 euros al vivir con familia. (el salario medio en Bélgica es de 47.720 euros al año).
Esta cifra es casi el doble de los 500 euros como máximo que se estaba dando hasta ahora, cifra que pasa a ser la ayuda mínima para quienes cobren más de 75.100 euros. Entre medias de ambos extremos, se entregarán ayudas de 700 euros.
Para acceder a este dinero es necesario dar de baja un vehículo y se puede gastar en una suscripción anual al transporte público, una suscripción de doce meses a los servicios de coche compartido de la ciudad o a la compra de una bicicleta. Pese a todo, el éxito de estas ayudas ha sido relativo, con 1.200 solicitudes en 2019, 1.049 en 2020 y un descenso (no concretado) en 2021.
Un fracaso similar en España
Bajo el plan Madrid 360 se ofrecieron 500.000 euros de ayuda para la compra de bicicletas, patinetes, motocicletas y ciclomotores a ciudadanos madrileños. De la suma total de dinero, en la página web recogen que se quedaron sin entregar 412.837 euros al finalizar el periodo disponible para el acceso a estas ayudas.
Curiosamente, son datos que chocan con la importante subida en las ventas de bicicletas como consecuencia de la pandemia de coronavirus. En 2020, en España se vendió un 24,10% más unidades que el año anterior, alcanzando los 1,5 millones de bicicletas vendidas. Esto solo demuestra que muchas personas están dispuestas a usar transportes más amigables con el medio ambiente, pero no quieren dejar de usar su vehículo siempre que lo crean conveniente.