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Cigarrillos electrónicos bajo controversia en EE. UU.


Así como se encienden las lucecitas de los cigarrillos electrónicos cada vez que su portador lo inhala, este 9 de mayo se encendió la polémica en Estados Unidos debido a los presuntos daños que estos dispositivos electrónicos provocan a sus consumidores.

El viernes pasado ocho senadores federales presentaron ante la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos una petición para investigar los componentes de los cigarrillos electrónicos, pues según nuevos estudios publicados recientemente por The New York Times, este tipo de dispositivos podrían causar cáncer a quienes los consuman.

Generalmente asociados como una especie de «terapia» para ayudar a los fumadores a superar su adicción, los cigarrillos electrónicos se han ubicado desde sus inicios, -allá por 1968, aunque comercializados por primera ocasión en 2003- en el objetivo de críticas y alabanzas por igual.

Para muchos, los cigarrillos electrónicos permiten que los fumadores disfruten un humo saborizado con pequeñas o nulas cantidades de nicotina, a gusto del consumidor; que pueden utilizar incluso dentro de lugares cerrados sin causar mayores molestias a quienes estén a su alrededor.

Sin embargo, quienes se oponen al uso de estos dispositivos argumentan que el líquido que utilizan para convertir en vapor por medio del calor que genera una resistencia dentro del cigarro electrónico, puede generar sustancias dañinas para el organismo, que incluso igualan en peligrosidad a los cigarros tradicionales de tabaco.

Riesgo de cáncer, daños a los pulmones y al sistema cardiovascular, son algunos de los peligros que señalan los detractores de los también llamados eCigar, y que retomaron los senadores en su misiva ante la FDA estadounidense.

Es evidente que Estados Unidos necesita una regulación más estricta para los productores de cigarrillos electrónicos, pues es donde se encuentran la mayor cantidad de consumidores. Países como Argentina, Grecia, Australia y México tienen prohibida su venta y utilización.

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), dependencia del gobierno mexicano, lanzó incluso una alerta para prevenir a la población sobre su utilización: «no hay evidencia científica de que el cigarrillo electrónico sea una efectiva alternativa médica para dejar de fumar (…) por lo que se recomienda no comprarlo».

Alertas similares se emiten en España, que es otro de los países que tienen regulaciones legales permisivas con los eCigs, donde del 2009 al 2014 las tiendas vendedoras de equipo para «vapear», han aumentado de ser solo dos, a ser más de 3 mil, señala el periódico Público.

Habrá que seguir pendientes del debate en Estados Unidos, mientras tanto, la recomendación a los consumidores de cigarrillos electrónicos es verificar los ingredientes del líquido que utilicen para vaporizar, y de preferencia comprar aquellos que no incluyan nicotina.