El más reciente intento de SpaceX, una de las compañías de Elon Musk, también CEO de Tesla Motors, fue un aparatoso desastre. La nave, que no tenía ningún tripulante a bordo, se estrelló en el océano el pasado fin de semana en la costa, a aproximadamente unos 300 kilómetros al oeste de San Diego, California. La misión en la que el satelite de SpaceX estaba involucrada consistía en ascender hasta la órbita baja, recolectar algunas mediciones sobre los niveles de los diferentes océanos, y luego descender en una de las plataformas de la compañía ubicada en el Océano Pacífico.
Justo cuando el equipo de SpaceX creía que la misión iba a ser un éxito, la nave se desvío, lo que produjó que no aterrizara de las mejor manera en el ‘DreoneShip,’ nombre que recibe la plataforma de aterrizaje. Fue el mismo Musk, quien hiciera publica la noticia en un post en su cuenta de Instragram. Musk comentó en tono de broma: «El Falcon aterrizó en la plataforma, pero no precisamente sobre sus cuatro patas. La causa puede haber sido la acumulación de hielo debido a la condensación de la niebla en el despegue.»
Este es ya el cuarto intento de la Compañía de Musk de hacer un viaje exitoso. El primero fue en enero del año pasado. Desafortunadamente, en ese viaje las aletas que controlan los alerones que controlan el descenso de la nave dejaron de funcionar, y esta termino estrellando contra la plataforma de aterrizaje.
El segundo intento fue en abril. La nave perdió potencia en sus motores mientras ascendía, lo que provocó que cayera al océano pocos minutos después del despegue. El tercer intento ocurrió en junio, hace aproximadamente siete meses cuando la nave tuvo una serie de problemas técnicos y explotó momentos después del despegue, destruyendo más de dos toneladas de equipo de la NASA.
Esperemos que la compañía logre su objetivo, y que la próxima misión sea todo un éxito, ya que sus mediciones serían de gran ayuda para detectar el fenómeno de El Niño, que tanto daño causa a los países ubicados en las zonas del Trópico.