Hay varias razones por las que un móvil se puede volver lento y por suerte, también hay muchas para evitarlo. En mi caso personal he de reconocer que con solo vigilar tres apartados me ha sido suficiente para evitar la ralentización. Y aunque sigo creyendo que restaurar el móvil de fábrica es una forma eficaz de limpiar el software de problemas, existen métodos menos agresivos. Y que encima no implican borrar datos importantes.
Siempre pendiente de las apps: solo las necesarias
Soy de los que cada semana hace un uso intensivo de Google Play para descubrir nuevas apps. Todas ellas las intento usar durante unos días para ver hasta qué punto me pueden ser relevantes y sustituir otras que tenía antes o directamente convertirse en una más si me cubre otra necesidad diferente.
Pues bien, si eres de los míos en este sentido y también un poco despistado, es más que probable que acabes acumulando apps a las que no das uso. En mi caso personal, a veces creo que me pueden venir bien en el futuro y al final jamás vuelvo a abrirlas. En otros casos simplemente las despisto en el cajón de apps y me olvido de su existencia.
Teniendo en cuenta que muchas de esas apps ejecutan procesos en segundo plano de forma absurda, dado que no les damos uso, desinstalarlas es lo mejor. De paso, además de acelerar el rendimiento al eliminar sus procesos, logro liberar espacio de almacenamiento.
Otro punto a tener en cuenta es vigilar aquellas apps que quiero mantener instaladas, dado que si están mal optimizadas puede ser un problema. No es que sea algo muy habitual, pero sucede tanto en apps populares como las más desconocidas. Y ahí es donde cobra todo el sentido mantener siempre actualizadas las apps.
Por defecto tengo configurado que se descarguen automáticamente, pero si tengo activada alguna opción de ahorro de batería no se ejecutan y de ahí que lo haga manualmente. Por si te pillo despistado o directamente no lo sabías, abriendo Google Play, pulsando tu foto y yendo a Gestionar apps y dispositivo > Actualizaciones disponibles podrás gestionar las actualizaciones.
Vigilo que las apps no ralenticen el sistema desde el principio
No pierdo el hilo de las apps porque, aunque las use a menudo y estén actualizadas, no me interesa que todas se ejecuten desde que enciendo el móvil. Bien es cierto que puede ser interesante para ciertas apps que quiera que carguen más rápido al abrirlas, pero no en todas y mucho menos en esas que uso de forma más esporádica.
En la mayoría de capas de personalización de Android se incluye un ajuste que permite ver qué apps se ejecutan al iniciar el móvil. Y no solo eso, sino que también se puede impedir que se inicien. Para ello solo hay que ir a los ajustes y buscar la opción Inicio automático o similar. Se suele englobar dentro de los ajustes de aplicaciones.
Ahora bien, como ya te decía, no todos los móviles tienen esta opción. Si en tu caso no tienes esa opción, puedes descargar apps como Startup Manager desde su APK gratuito en UpToDown. Esta herramienta ayuda gestionar qué apps permitimos que se inicien desde el arranque y cuáles no. Y a fin de cuentas lograrás que el móvil vaya más fluido al impedir la ejecución de procesos.
El infravalorado y clásico reinicio
«¿Has probado a apagarlo y encenderlo?» Esta frase es ya un clásico cliché asociado a cualquier informático o entendido del asunto, pero tiene todo el sentido del mundo hacerlo. Por muy absurdo que pueda parecer.
La clave de todo está en la cantidad de procesos internos que se ejecutan en el móvil, siendo la mayoría invisibles para nosotros, pero claves para garantizar un buen funcionamiento. Aunque como ya habrás imaginado, estos procesos a veces se pueden enrocar y provocar todo lo contrario, haciendo que el dispositivo se ralentice y la experiencia de uso sea mala.
La solución evidente es apagar el móvil para volver a encenderlo después o reiniciarlo, que a efectos prácticos es lo mismo. Con ello se consiguen reiniciar todos los procesos y evitar así el colapso de ellos. De hecho, es aconsejable reiniciarlo cada cierto tiempo para favorecer ese mejor rendimiento.
Lógicamente hay más formas de acelerar un móvil lento y ejecutar las que he comentado en este post no son garantía de éxito en el cien por cien de los casos. En mi experiencia son los que me han servido más habitualmente, pero si experimentas estos problemas de forma frecuente, puede deberse a un problema mayor de software que sí implique restaurarlo por completo e incluso algún fallo de hardware (aquí ya una tarea para encargar al servicio técnico).
De igual modo, siempre hay que tener en cuenta las limitaciones del dispositivo. El hardware marca hasta dónde puede llegar un terminal y según la exigencia de las aplicaciones y juegos, el rendimiento podría ser muy diferente. Incluso el sistema operativo se puede ver más o menos fluido en base a ello.