Varios estudios científicos han demostrado que hasta un 93% de nuestra comunicación es de tipo no verbal, lo que se llama lenguaje corporal. Gestos, sonrisas, el volumen y tono de la voz, la dirección de las miradas.
Todos estos detalles que usualmente relegamos a un segundo plano por la supremacía del lenguaje verbal, resultan ser más comunicativos que las propias palabras, según los científicos.
Teniendo en cuenta esto, se plantea la cuestión de si a través de las redes sociales, el terreno de juego del lenguaje escrito, podemos hacer auténticos amigos ¿Puede existir una verdadera afinidad con personas cuyos gestos no conocemos, que no sabemos si se están riendo o son indiferentes?
El debate crece con el aumento diario del papel de las redes en el ámbito social y de relación entre personas.
Sin embargo, no hay necesariamente un conflicto. Si vemos a las redes sociales como sustitutos de lo que normalmente interpretamos como amistad es lógico que surjan estas dudas.
Pero si simplemente las vemos como una forma nueva y alternativa de comunicación y de conocer nuevas personas, tal vez podamos reconciliarnos con este concepto. Se trata simplemente de una nueva forma de interacción, con sus características propias, que no pretende reemplazar los viejos encuentros en persona con los amigos.
Esta manera más sana de ver y utilizar las redes sociales representa tal vez el modo en que deberíamos integrarlas a nuestra rutina diaria.