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Descubren una Comodore 64 en un viejo taller en Polonia

Mientras todo el mundo, te incluyo y me incluyo, pasamos mucha parte de nuestro tiempo pensando en lo genial que saldrán nuestras fotos si tuviéramos un teléfono de una gama superior al que tenemos, o en el juego que descargaríamos si nuestro ordenador contará con una tarjeta de vídeo más fuerte o una mayor capacidad de procesamiento, otros se enfocan en darnos lecciones respecto a nuestro voraz ánimo consumista. Si, siempre vamos en busca de actualizarnos, pero ¿qué tan necesario es?

Recientemente, se descubrió un taller en Polonia en el que se sigue usando una antigua Comodore 64. Si, leiste bien, una Comodore en un taller, en uso, funcionando… pese a tener casi 35 años. Fue la comunidad oficial de la legendaria fabricante de computadoras Commodore quien dio cuenta a mediados de esta semana de lo que bien podría ser un récord de vida útil: una Commodore 64 de casi 4 décadas aún es utilizada en un taller automotriz de la ciudad de Gdansk, al norte de Polonia. De hecho, y según el comunicado, el viejo ordenador lleva 25 años funcionando de forma ininterrumpida en la alineación de ruedas.

Un poco de historia y detalles técnicos

Y no sólo eso. Según detalla la publicación, el equipo, de menos 1 Mhz de velocidad y 64 KB (Kilobytes, no Megabytes ni Gigabytes) de memoria, incluso sobrevivió a una inundación que no fue capaz de inutilizarlo. El Commodore 64 fue lanzado en 1982 y descontinuado en 1994, tras revolucionar el campo de la computación personal gracias a su excelente rendimiento (para ese entonces) por un coste relativamente bajo.

Según información aportada por los usuarios, la imagen fue captada en enero de este año por Bartek Gatz, y causó verdadera sensación en la nación europea, provocando que se dispararan los precios de computadores similares en venta en sitios de subastas. También en Facebook se convirtió en un foco de atención, aunando más de 3 mil compartidos en menos de una semana.

“Nuestro primer computador fue una Commodore 64. En aquel entonces, el vendedor nos aseguró que sería el único computador que jamás necesitaríamos. ¡Parece que tenía razón!”, exclamó Betty Clark, una de las integrantes de la comunidad.