En múltiples oportunidades hemos escuchado acerca del agujero que contiene la capa de ozono, el cual reduce las posibilidades de protección ante la radiación ultravioleta. Los componentes que más daño generan a esta capa protectora son los clorofluorocarbonos (CFC), los cuales fueron prohibidos desde el año 1985.
Pero, parece que los esfuerzos por intentar disminuir el daño, no han dado los resultados esperados. A través de investigaciones realizadas por un grupo de científicos, se ha llegado a la conclusión de que los niveles de ozono han disminuido de una manera vertiginosa en la región más baja de la estratosfera, entre 15 km y 24 km de altura.
Preservar la vida en la tierra era la principal razón para crear este acuerdo internacional que disminuiría los daños generados sobre la capa de ozono. Aquel agujero que se había generado en la capa de ozono debía cerrarse progresivamente en los años siguientes.
A pesar de esto, los resultados de una investigación presentada en la revista Atmospheric Chemistry and Physics, revelan que la capa de ozono se ha debilitado drásticamente en las latitudes más bajas. Es precisamente en estas regiones en donde la población es mucho más alta, y en donde los niveles de deterioro son más graves.
La prohibición que se implementó en 1985 logró que el ozono se regenerara en los polos, pero en las latitudes más bajas parece que no ha surtido efecto. Esto es lo que afirma Joanna Haigh, quien se desempeña como profesora de física en la Imperial College de Londres.
La radiación ultravioleta es más violenta en las zonas más pobladas de la tierra, por lo que, los daños serían catastróficos si esta disminución continúa evolucionando. Los estudios no han revelado las razones específicas de la ausencia de regeneración del ozono en las latitudes bajas. Algunas hipótesis le atribuyen este fenómeno al cambio climático alterado por la circulación atmosférica.