El dron cómo un método de control para el COVID-19

Un dron ha sido una respuesta bastante inteligente para afrontar la pandemia que se ha generado con el incremento de contagios por COVID-19. Cada vez son más los médicos y cuerpos de seguridad infectados con el virus que amenaza con convertirse en la peor crisis epidemiológica de la historia contemporánea.

Los estudios e investigaciones que se han llevado a cabo en la Universidad del Sur de Australia, han demostrado con pruebas que se puede medir la frecuencia cardíaca y respiratoria de un individuo, aunque este se encuentre a una distancia de hasta 10 metros y en movimiento.

Estas condiciones permiten a los usuarios a los cuerpos de contención poder usar este dispositivo como una herramienta para evitar el contacto directo con los infectados. Esto se convierte en una nueva herramienta de localización de enfermos, la cual ha sido aplicada por el Departamento de Defensa de Australia.

Los alcances de este proyecto han permitido conseguir drones capaces de tomar datos precisos sobre información de temperatura, ritmo de respiración y pulso cardíaco de las personas en las calles. También tiene la capacidad de detectar cuando una persona estornuda o tose, lo que permite una rápida acción por parte de las autoridades.

Hasta ahora se le conoce como “el dron de las pandemias”, un dispositivo que fácilmente puede convertirse en un recurso muy valioso para ofrecer datos reales y en tiempo real a las autoridades y disminuir la exposición al virus. La compañía que se encuentra detrás de este proyecto es Draganfly Inc., quienes se dedican a la fabricación de drones.

Las pruebas han generado buenos resultados de medición en movimiento a 10 metros, pero con una cámara fija se pueden lograr excelentes resultados desde 50 metros de distancia. Es un método creativo, innovador y futurista, que se espera sea copiado por los países en los cuales, los casos de contagio se encuentran en ascenso, como EE.UU. y Canadá.