La Tierra cuenta con una gran (y hermosa) luna la cual todos conocemos. Pero de vez en cuando, cuando pasan los asteroides por nuestro vecindario, nuestro planeta se torna un poco ambicioso y con su enorme fuerza gravitacional, trata de capturar algunas de estas rocas espaciales y las mantiene en su órbita.
Estas breves visitas por estas “minilunas” son raras, con solo dos asteroides confirmados hasta el momento. El más reciente es del 15 de febrero, cuando la pequeña roca 2020 CD3 fue descubierta por los astrónomos de la Catalina Sky Survey, subsidiada por la NASA. La gloriosa miniluna ha sido captada por la gravedad de la Tierra desde 2015 y se ha quedado con nosotros hasta mayo de 2020, cuando logró desprenderse de la gravedad terrestre.
Sin embargo, en 2020, los astrónomos han anunciado la detección de otra potencial miniluna denominada como 2020 SO. Lo extraños es que esta “miniluna” no se está comportando como un pequeño asteroide. De hecho, esta miniluna no es una miniluna después de todo. Se mueve demasiado lento, por lo que los astrónomos creen debe ser un desecho espacial dejado ahí por la carrera espacial.
La actual teoría postula que lo que se conoce como 2020 SO es parte del cuerpo del cohete Atlas Centaur-D lanzado en 1966. El cohete llevaba a bordo la sonda lunar Surveyor 2. Las dimensiones y la órbita de 2020 SO parecen alinearse con las descritas en el cuerpo de Centaur.
El objeto fue captado por la Tierra en octubre y tendrá su acercamiento más próximo a la Tierra el 1 de diciembre, a una distancia de 31,000 millas de nuestro planeta. Es en ese entonces cuando los expertos podrán echarle un vistazo más cercano y determinar exactamente si se trata de un astro o si en efecto, es solo un trozo de basura espacial.