Hay un principio de saber popular que dice que todo es bueno con moderación y los excesos nunca son buenos. Podríamos decir que esto es aplicable a todos y a todos los ámbitos de nuestra vida, también a los niños y a las tabletas. Según un estudio publicado en The Telegraph, el uso excesivo del iPad están teniendo una repercusión negativa en los niños.
Es cierto que usado con moderación el iPad puede servir para que los niños aprendan cosas de una forma más amena, y lo que a muchos padres les importa más: si le das un iPad a un niño te puede dejar tranquilo durante un buen rato y estarse calladito sin molestar.
El problema es que el abandono de los juguetes tradicionales en beneficio de las tabletas podría causar incluso problemas de movilidad en los más pequeños, ya que sus músculos no se acostumbran a hacer más movimientos que los necesarios para tocar la pantalla en lugar de jugar con bloques, muñecas o coches de juguete que implican una mayor movilidad según ha anunciado la Asociación de Maestros y Profesores de Reino Unido.
Por otro lado, el uso excesivo y a deshora del iPad puede cansar que los pequeños lleguen cansados al colegio por estar hasta altas horas de la noche jugando con el iPad, como solución, además de vigilar a los niños, se propone desconectar el Wi-Fi durante la noche, para que así no puedan hacer uso de él.
Además, según el profesor Marcos Montgomery de Irlanda del Norte “una exposición excesiva a la tecnología está siendo relacionada con el aumento de peso, el comportamiento agresivo, el cansancio y las lesiones por esfuerzo repetitivo”.
Concluimos entonces que la tecnología puede ser un arma de doble filo, por un lado y bien utilizada puede ser una herramienta de aprendizaje, pero como hemos comentado su uso excesivo puede provocar trastornos en los más pequeños. Por eso padres y profesores han de velar por el uso de las tecnologías y la salud de los niños.