La videoconsola Atari fue una de las primeras que muchos «gamers» tuvieron en su vida. Algunos de sus títulos aún resuenan en la memoria de aquellos que los jugaron, pero ha sido uno el que en los últimos meses ha dado que hablar más que ningún otro. Se trata del videojuego de E.T. y su inclusión en la colección del Museo Smithsonian.
Todo comenzó cuando se desenterraron multitud de copias del videojuego de E.T. en el desierto de Nuevo México. La leyenda que había circulado alrededor de su desaparición concluyó y se inició un nuevo camino para este. Hace apenas un mes, 100 cartuchos del videojuego en cuestión alcanzaron la nada desdeñable cifra de $37.000, y ahora el Museo Smithsonian lo ha añadido a su colección de grandes momentos en la historia de los videojuegos. A partir de ahora, el entrañable extraterrestre compartirá sala con el prototipo de la primera videoconsola de Ralph Baer o un gabinete del mítico videojuego Pong.
Drew Robarge, especialista del museo, realizó varias declaraciones al informar del acontecimiento en su blog. Dijo que faltaba algo que representara «los días más oscuros» del momento en que se colapsó la industria de videojuegos en Estados Unidos a principios de los 80. Y a su vez, que estos cartuchos del videojuego de E.T. son determinantes para mostrar el desafío que suponía la adaptación de películas a videojuegos así como el punto de inflexión que se creó en la industria.