¿Es bueno el uso de tabletas y iPads en la educación de los más pequeños?

Moviles y educación

Durante estas vacaciones de Navidad las ventas de dispositivos móviles, tabletas y iPad se han disparado, pero no solo entre los mayores, también los niños demandan y utilizan este tipo de dispositivos y cada vez más. Las autoridades y responsables de educación se preocupan del uso que se le da a estos dispositivos y la influencia que tienen en la educación de los más pequeños.

El Joan Ganz Cooney Center de Sesame Workshop en EE.UU. ha llevado a cabo una investigación para averiguar el uso que los niños le dan a las tabletas y qué opinan los padres que están haciendo sus hijos, si es que saben lo que están haciendo. Tras la investigación, el informe publicado por Vicky Rideout nos deja algunas conclusiones sobre las que merece la pena reflexionar.

Para empezar, hay niños de 2 años que ya pasan 1 hora y 15 minutos al día con el iPad practicando con juegos educativos. A medida que aumenta la edad de los niños, también aumentan las horas de uso y en la franja de edad de 8 a 10 años, el consumo supera las dos horas, de las cuales solo unos 45 minutos se puede decir que son educativos; una tasa de contenido educativo igual a la de la televisión de toda la vida.

De los padres encuestados, el 52% considera educativo el uso de la televisión, mientras que tan solo el 36% piensa lo mismo de las aplicaciones móviles, a pesar de la gran cantidad de ellas que existen.

En cuanto a contenidos, los padres piensan que las aplicaciones móviles ayudan a sus hijos con el aprendizaje de materias como matemáticas o lectura, sin embargo en campos como ciencias o artes todavía confían bastante más otros medios audiovisuales pero no aplicaciones móviles.

Estos datos nos pueden enseñar a valorar si los más pequeños aprovechan realmente las nuevas tecnologías para el aprendizaje, también tienen que aprender a supervisarles y no dejar las nuevas tecnologías a su antojo. En Google Play hay una sección dedicada a la educación que puede sernos de gran utilidad.

Por último, también es importante el uso que puedan hacer no solo de las aplicaciones educativas, sino también de las redes sociales a las que los niños acceden cada vez más jóvenes. Es un campo en el que tienen que ser guiados y a ello pueden ayudar tanto padres como profesores.

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