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España decide multar a Google por infringir la Ley Orgánica de Protección de Datos

Muchas veces, al instalar un programa o registrarnos en una web, marcamos de manera automática la casilla de “he leído y acepto las condiciones y términos de uso”; algo que no deberíamos hacer ya que en esas condiciones puede haber cosas con las que no estemos de acuerdo para nada. Las compañías a sabiendas de lo que hacemos, lo utilizan para imponer unas condiciones cada vez más intrusivas.

Después de varios meses de indagaciones, ayer, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) multó a Google por cometer tres infracciones graves de la Ley Orgánica de Protección de Datos y la Ley de Propiedad Intelectual con un total de 900.000 euros, una cifra que significa poco para Google, pero que refleja la preocupación cada vez mayor de los países de la Unión Europea por los datos de los usuarios. Aunque no es la primera vez que Google se enfrenta a una multa incluso mayor.

Otros países como Francia u Holanda ya han estado en varias ocasiones cerca de multar a Google por estos mismos motivos; y ahora la AEPD ha procedido a hacerlo en coordinación con las de estos países además de Alemania, Italia y Reino Unido.

La principal acusación es que Google, a través de alrededor de un centenar de servicios que ofrece en España, recopila datos y “excede ampliamente de las expectativas razonables de la mayoría de los usuarios, que no son conscientes de ello y pierden el control de su propia información personal”. Vulnerando así gravemente el artículo 18 de la Constitución Española. 

En sus términos y condiciones, Google usa una terminología ambigua utilizando palabras como «podremos», «podrá», «podrán» o «es posible» dejando poco claro qué datos se recogen y con qué fin. Así por ejemplo Google no informa con claridad que Gmail realiza un filtrado del contenido de los correos y los archivos adjuntos con el fin de insertar publicidad; amparándose en frases como “mejorar la experiencia del usuario”.

Además Google combina los datos que recopila en los diferentes servicios para enriquecer la información personal del usuario y los utiliza para fines distintos de aquellos para los que han sido recabados. Por último Google obstaculiza y casi imposibilita el ejercicio de los derechos de acceso, rectificación cancelación y oposición de los datos personales del usuario teniendo que recorrer inumerables páginas cuyo fin no está claro.