El Yeti —o abominable hombre de las nieves— es una de las criaturas criptozoológicas más famosas. Supuestamente es un homínido similar al simio que ocasionalmente ha sido avistado en la meseta tibetana.
Con los años, la criatura no solo ha sido observada desde lejos: se han recolectado sus huesos, dientes, pelo, heces etc.
Para resolver este misterioso, un grupo de investigadores realizó un análisis genético en nueve muestras de «Yeti» y también analizó 15 muestras de osos asiáticos, incluidos el oso pardo del Himalaya, el oso negro asiático y el oso pardo tibetano.
Los resultados, publicados en Proceedings of the Royal Society B, indican que ocho de las nueve muestras provenían de varios osos locales. La novena muestra, perteneciente a la colección del museo Reinhold Messner Mountain tampoco era de un misterioso Yeti, sino resultó ser un diente de perro.
«Nuestros hallazgos sugieren que la base biológica de la leyenda del Yeti puede ser hallada en osos locales, y nuestro estudio demuestra que la genética podría de desentrañar otros misterios similares», dijo Charlotte Lindqvist, autora principal del estudio y bióloga de la Universidad de Buffalo.
Los hallazgos de Lindqvist aparecieron en el documental «Yeti Or Not», que le proporcionó los materiales biológicos para el análisis.
Los biólogos han sospechado durante mucho tiempo que la leyenda del Yeti se originó a partir de avistamientos de algún tipo de oso. Otro análisis genético reciente concluyó que los restos de Yeti podrían estar relacionados con algún tipo de híbrido de oso polar desconocido.
Pero este nuevo estudio demostró que las muestras analizadas hasta ahora pertenecen a criaturas conocidas. Sin embargo, al comparar las muestras con sus bases de datos de ADN, los científicos resolvieron algunos misterios sobre los osos. El estudio reveló que el oso pardo del Himalaya, en peligro de extinción, se separó de otros osos pardos hace unos 650,000 años, probablemente cuando los glaciares en expansión aislaron a esa población.
«Claramente, gran parte de la leyenda del Yeti tiene que ver con los osos», añade Lindqvist.
Aunque la noticia quizá sea decepcionante para quienes creen en la existencia del Yeti, estos hallazgos son significativos para la ciencia, ya que dan una base biológica al mito.