Las redes sociales tienen (todavía) ciertas similitudes con el salvaje oeste. Es difícil imponer orden en un mundo donde aún no tenemos claro qué funciona y qué no. Pero a pesar de que las reglas no son claras, hay algunas normas de educación que no debemos olvidar. Autoimponernos ciertos comportamientos puede ayudarnos a evitar pasos en falso, o a tener que retractarnos de algo que hayamos dicho o a tener que quitar alguna foto o imagen que hayamos subido y cuyo contenido supuestamente gracioso no cuadra con el sentido del humor de algún futuro jefe. Hay algunas normas que valen para todas las redes sociales, y otras que son específicas para alguna de ellas. No lo olvides, toda causa tiene su efecto, incluso en la red.
Compartir demasiado
En Internet podemos leer historias muy interesantes o comentarios muy acertados que suben los usuarios, pero no olvidemos que hay una cosa llamada “exceso de información”. Las redes sociales nos permiten mantenernos al día de los momentos y las experiencias más interesantes de nuestros amigos y contactos, pero a veces es cierto aquello de “menos es más”. Tu última pelea con la pareja o con el vecino no me interesa. He llegado a ver discusiones en vivo y en directo en mi agregador de noticias, algo de un mal gusto increíble. Hay gente que no sabe comportarse.
La huella digital no se borra
A veces nos cuesta tener una visión global de nuestra actividad en Internet, no nos damos cuenta que un post, un comentario, una foto, un “me gusta”… nuestro rastro en la red, en definitiva, puede perseguirnos el resto de nuestra vida y darnos algún dolor de cabeza. He conocido gente que lamenta profundamente algunos comentarios o entradas en blogs que les han causado problemas inesperados años después de subirlos. Recuérdalo la próxima vez que vayas a lucir tu ingenio en Internet.
No te quites la ropa
Aunque a algunos no se lo parezca, hay cierta diferencia entre posar con un bikini porque eres modelo, es tu trabajo y te pagan por ello, y posar medio desnuda mientras te haces selfies con tu iPhone frente al espejo poniendo morritos para subir luego las fotos a Instagram. No soy un aguafiestas, entiendo muy bien la filosofía del vive y deja vivir y la importancia que para algunos tiene lucirse un poco, pero no hay que perder la perspectiva, hay que darse cuenta de cómo el resto del mundo percibe lo que estás haciendo. Piensa en tu carrera laboral, en tus futuros jefes y oportunidades, ¿cómo vas a explicar unas fotos de ese tipo? ¿te benefician o te perjudican? Mostrar quién eres y cómo eres no es problema, pero hazlo de forma que no te perjudique en el futuro.
Pide permiso
¿Cuántas veces te has encontrado con fotos, imágenes, publicidad y mensajes de otras personas en tu muro, sin que ninguno de ellos te haya pedido permiso? Invadir el espacio social-virtual de terceros para promocionarte es una de las peores cosas que puedes hacer. No importa que lo que vendas sea algo increíble. Respeta los espacios sociales de los demás usuarios, sus muros, TLs, blogs, grupos,… Si me envías sin permiso mensajes tipo masivo, impersonales lo más probable es que los borre sin leerlos. Hay mucho ruido en Internet, conviene que los mensajes que lanzas tengan un propósito y respeten las normas.
Etiquetar o no etiquetar
En la misma línea del consejo anterior, piensa cuidadosamente si es adecuado o no etiquetar a alguien en una foto. Si no resulta pertinente para la persona etiquetada, no lo hagas. Pregunta primero a las personas afectadas si tienen algún problema con que les etiquetes en una foto en particular o que indiques en qué lugar estaban. Por poner un ejemplo frívolo, piensa en todas las fotos en las que sales mal, con los ojos cerrados, bostezando,… ¿te gustaría que tus amigos las subieran y te etiquetaran en ellas? Las políticas y directivas de privacidad de Facebook ayudan mucho, pero la educación de los usuarios, tu educación en particular, ayudan aún más.
Cuida tus fotos y mensajes
Evidentemente, eres libre de postear lo que quieras, pero seguro que alguna ocasión has echado un vistazo a lo que subiste hace un par de años y has visto imágenes que bordean el mal gusto. En mi caso, ha habido alguna ocasión en la que repasando mi histórico me he encontrado con fotos que me han dejado mal.
cuerpo para todo el día, por ser inapropiadas, por el mensaje negativo que emitían, o por cosas similares. Por ejemplo, aunque soy un firme defensor de los derechos de los animales, procuro tener cuidado con las imágenes que subo para apoyar a esta causa. No quiero crear conciencia a cualquier precio, y aunque es una realidad dura, para conseguir marcar la diferencia en las redes sociales hay que tener una estrategia a largo plazo que promueva acciones trazables, no dedicarse a impactar momentáneamente con imágenes escalofriantes.
El tratamiento de las noticias personales
Todos los días oímos noticias buenas y malas, pero en las redes sociales hay que ser especialmente cuidadoso en el tratamiento de las noticias personales. En muchas ocasiones no son el canal apropiado para transmitir asuntos que deberían tratarse en persona, o al menos por teléfono. Piensa en cómo se sentirán unos padres que se enteran del compromiso matrimonial de su hijo o del embarazo de su hija vía Facebook. Aún peor, imagina cómo te sentirías si te enteras del fallecimiento de un ser querido por Internet. Sé cuidadoso con esto, por favor, piénsalo dos veces antes de postear noticias que ciertas personas deberían recibir de forma más cercana.