Desde su creación, los dispositivos han tratado de contar con opciones de seguridad para desbloquearlos. El primer método fue la introducción de claves numéricas o «números pin» que solo conocían el propietario del dispositivo, aunque con la evolución se han quedado cortas. Existen multitud de programas que son capaces de averiguar estas claves y así acceder al teléfono, por lo que la seguridad necesitaba dar un paso adelante. El siguiente método creado fue el de las huellas dactilares y, ahora, existe uno más. ZTE, fabricante de teléfonos chino, ha creado el sistema ocular EyePrint ID.
El sistema EyePrint ID autentifica la identidad mediante el escaneo de los ojos. Usando la cámara frontal del teléfono, este escanea e identifica los vasos sanguíneos del usuario usándolos como identificación. Llevar a cabo este proceso es sencillo, ya que solo es necesario seguir un objetivo con la vista durante un par de veces y el dispositivo registra al usuario.
EyePrint ID puede suponer un gran avance también en otros aspectos. Además de usarlo para identificarse, el propietario del dispositivo podría servir para autorizar pagos realizados con este. De ese modo, la seguridad a la hora de que el dispositivo sea usado solo por personas que el usuario quiere es mayor y evita los hackeos. Los lectores de huellas dactilares en los dispositivos móviles como los de Apple o Samsung han tenido gran aceptación por parte del público, y se espera que EyePrint ID obtenga el mismo o incluso más.
Sin embargo la pega llega con su distribución. De momento EyePrint ID solo está disponible en ZTE Grand S III y únicamente puede comprarse en el mercado chino. Muchos usuarios se preguntan si este tipo de reconocimiento funcionará y si será más o menos lento que el dactilar, a lo que la empresa ha respondido. Obviamente puede que sea más lento, sin embargo también va a ser más seguro porque es imposible copiar los vasos sanguíneos de los ojos. ¿Cuándo llegará EyePrint ID al resto de mercados?