Google implementará nuevas acciones en su política de uso de Google Drive en enero. Entre los cambios está el aviso de que eliminará nuestros propios archivos en caso de detectar que un contenido viola sus políticas. Es decir, Google escaneará nuestro contenido alojado y lo eliminará en caso de detectar algo «inapropiado» o «condenable». ¿Y qué archivos pueden tener esta consideración? Resulta que los que Google considere.
Hasta la fecha, Google tenía la obligación de retirar los contenidos claramente ilegales y aquellos que un juez hubiera dictaminado, pero ahora han dado un paso adicional en esta moderación del contenido y se eliminará no solo el contenido ilegal.
Esta decisión de eliminar contenidos sigue la línea de lo visto hasta la fecha en la normativa DSA (Digital Services Act) que se está tramitando en el Parlamento Europeo. La postura de la Comisión Europea pasa por poner en manos de las grandes plataformas tecnológicas la responsabilidad de controlar el contenido que se publica en ellas.
Esto implica más poder para estas empresas e incluso la capacidad de censurar lo que se publica, pero también se les exige tomar responsabilidad en mantener un ambiente digital «sano».
Según describe Google, el proceso primero se hará con sistemas automatizados y si estos archivos son sospechosos de violar la política de Google, entonces un grupo de expertos revisarán y decidirán la toma de medidas a aplicar, que podrán ir desde la restricción de acceso a terceros, la eliminación directa de los archivos e incluso un baneo del usuario de todos los servicios de Google.
Algunos de los ejemplos de archivos que serán eliminados van desde los documentos sexualmente explícitos hasta el «contenido que ponga en peligro a los niños», pasando por alojar malware o documentos de discurso de odio. Sin embargo, en muchos casos hay documentos que bordean estas temáticas y no queda claro si suponen un peligro o no. En vez de ser un juez quien tome la decisión, será la propia Google quien navegue en estos claroscuros de la información.
En caso de no estar de acuerdo con una decisión, Google permitirá solicitar una revisión de esta clase de decisiones, aunque sin concretar qué plazos hay para llevarlo a cabo. Una medida que también contempla la normativa europea y puede servir de contrapeso al, por otra parte, opaco proceso de controlar nuestros archivos.