La historia del semáforo se remonta hasta el siglo XIX en Londres, donde el primer semáforo no eléctrico fue instalado a las afueras de las Cámaras del Parlamento. Este semáforo de gas era operado por policías de tránsito quienes controlaban los cambios de luces de manera manual. El proyecto tuva una corta vida luego de que ocurriera una explosión en el año 1869, cuando una fuga de gas en las líneas que pasaban por debajo del aparato provocó la explosión, dejando gravemente herido a uno de los policías que lo operaba.
Mas de treinta años después, un estadounidense alcanzó mayor éxito al desarrollar el semáforo moderno con luces electrónicas basadas en un sistema de luces verdes y rojas, similar al sistema británico, que en la actualidad es internacionalmente reconocido. Lester Wire, un ex detective de Salt Lake City, es el responsable de este revolucionario invento concebido en 1912 el cual comenzó a popularizarse por todo Estados Unidos de forma inmediata.
El Doodle de Google está inspirado en el primer semáforo eléctrico que fuera instalado el 5 de agosto de 1914 en Cleveland, Ohio. Fue ubicado en la esquina de la Euclid Avenue y la calle East 105th, donde bicicletas y automóviles, así como caballos batallaban por dominar el camino. El ilustrador de Doodle, Nate Swinehart comenta que no incluyó la luz ámbar debido a que en aquel entonces aún no había sido introducida. En 1920 se añadió un sistema de campanas para alertar a los conductores cuando las luces estaban por cambiar, y posteriormente fue reemplazado con la luz ámbar.
No fue sino hasta 1990 cuando fueron añadidos los primeros contadores de tiempo que permiten a los peatones ver el tiempo exacto restante hasta el próximo cambio de luz. En algunos países, los semáforos cuentan con un sistema de señales ininterrumpidas que ofrecen prioridad a ambulancias y otros vehículos de emergencia a través de transmisores que emiten ondas de radio o señales infrarrojas, las cuales son recibidas por los semáforos cercanos. Mientras que la mayoría de los países se han vuelto dependientes de estos aparatos, algunos lugares como Addis Ababa, capital de Etiopía, se las han arreglado para mover grandes flujos de tráfico sin contar con un sólo semáforo.