Pantalla de 5 pulgadas, resolución FullHD, Android 6.0 Marshmallow y una memoria de 32GB expandible mediante microSD. Así es el HTC One A9, todo envuelto en una carcasa metálica que a muchos les recordará al iPhone 6 pero que para otros podrá ser una redención en HTC después de varios diseños que no convencieron del todo al público.
Se trata de un equipo de aluminio con un acabado pulido llamado bead-blasting. Las orillas tienen un efecto más brillante, y su parte trasera tiene también bandas plásticas para beneficiar a las antenas. La cámara, de 13 megapíxeles, está centrada, junto al flash.
En la parte frontal, los parecidos terminan. HTC hizo un cambio con su nuevo terminal y eliminó sus altavoces estéreo. Ahora solo hay uno, en la parte inferior, lo que redujo un poco el volumen al que HTC tenía acostumbrado a sus usuarios, aunque la empresa trató de componerlo por medio de un chip de audio a 24 bits, 192Hhz y sistemas DSP y DAC. La cámara frontal es de 4mpx, con la tecnología ultrapixel.
En cuanto a cifras, el equipo tiene 7.26 milímetros de grosor y 143 gramos de peso, lo que lo convierte en un teléfono muy ligero. En su interior corre Android 6.0 con una capa de personalización mínima, y los 3GB de RAM ayudan a que corra con fluidez. El teléfono viene en los colores negro, dorado y plata.
Con estas características HTC buscará enfrentarse a un mercado donde se encuentran el Samsung Galaxy S6, el iPhone 6S y el Nexus 5X y aunque las especificaciones técnicas podrían ubicar a este equipo como un teléfono de gama media-alta, el precio de $399 en Estados Unidos –y desconocido por el momento en otros países- podría hacer que compita muy bien con sus rivales de cara a la temporada decembrina.