Por increíble que nos parezca, hace 10 años Steve Jobs saltaba al escenario del Moscone Center en California con algo que nunca habíamos visto en nuestras vidas, era un dispositivo rectangular, sin teclado físico, tenía unas pequeñas cámaras y podía conectarse al Internet, a través de una red de datos o haciendo uso del Wi-Fi; sin duda, era algo que posiblemente no necesitábamos… hasta ese momento. Hoy en día, basta decir que miles de millones de personas no podrían vivir un sólo día sin una versión mejorada de lo que aquel día Jobs nos presentaba de forma tan entusiasta.
Pero el fundador y rostro principal de Apple baticinaba lo que sucedería, y con palabras firmes, excplicaba: “Hoy vamos a hacer algo de historia. Presentamos tres productos revolucionarios: un iPod con controles táctiles, un teléfono móvil revolucionario y un dispositivo avanzado de conexión a Internet. Lo mejor de todos, no son tres dispositivos distintos, es uno sólo y lo hemos llamado iPhone.”
Hoy, en el 2017, vemos hacia atrás y nos queda admirar la forma en la que la compañía de Cupertino nos cautivó, y atrapó con su iPhone. “Fue magia. El iPhone revolucionó la manera en la que interactuábamos con la información, cambió la forma que el Internet operaba en un teléfono móvil. Eso fue lo que consiguió el iPhone: llevar un pequeño ordenador personal a todo el mundo, un terminal que permitía estar siempre conectado a distintos servicios y a todo tipo de información en línea”, resume Francisco Jerónimo, jefe analista de la consultora IDC.
Fue sólo cuestión de tiempo antes de que tanto usuarios como competidores divisaran el potencial de la nueva telefonía inteligente. Fue un boom en el que año con año se producían y vendían cada vez más terminales, e hizo que Apple se convirtiera en una compañía tecnológica digna de clasificarse al mismo nivel de Google o Microsoft. En cifras claras, diez años han bastado para que se vendieran más de mil millones de terminales, con las que se han grabado y compartido buena parte de los eventos de la década pasada. Nada mal para algo que solamente era un iPod con controles táctiles capaz de hacer llamadas y conectarse a Internet.