Obviamente es imposible elegir a la familia, pero los amigos es distinto. El ser humano tiene la opción de conocer a distintas personas y elegir si compartirá su vida y momentos con ellas. De acuerdo a los últimos estudios realizados por dos universidades estadounidenses, los amigos pueden compartir aproximadamente un 1% de genes entre sí.
El estudio realizado por la Universidad de San Diego y la Universidad de Yale pone de manifiesto que existe una vinculación. Tras contar con 1932 personas de origen europeo y no relacionadas familiarmente entre sí, al comparar los resultados se llegó a tal conclusión. En otras palabras, los amigos comparten los mismos genes que si estuvieran emparentados en cuarto grado o compartieran tatarabuelos. De este modo, en parte también se explica el tópico de aquellos amigos que no son familia pero se parecen entre sí.
Se han estudiado diferentes tipos de genes, y los «extremos» son los del olfato y los que controlan la inmunidad. Los más similares entre los amigos son los relacionados con lo primero, mientras que los segundos son los que menos. Uno de los autores de este estudio, James Fowler, explicó que «Nos encontramos con que, en promedio, somos genéticamente similares a nuestros amigos. Tenemos más ADN en común con la gente que tomamos como amigos de lo que nos parecemos a extraños en la misma población«.