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Mercedes-Benz será un fabricante de autos 100% eléctricos para 2030

La marca alemanda Mercedes-Benz acaba de hacer un anuncio muy interesante. La compañía alemana acaba de confirmar que está preparada para ser totalmente eléctrica a finales de la década, aunque matiza que siempre y cuando «las condiciones del mercado lo permitan».

Es más, en 2022 Mercedes tendrá BEV en todos los segmentos en los que opera y a partir de 2025 todas las plataformas de nuevo desarrollo serán exclusivamente eléctricas. Para esta transición, la empresa pretende invertir 40.000 millones de euros hasta 2030 y construir ocho nuevas gigafactorías.

Según ha explicado Mercedes-Benz, en 2025 lanzarán tres plataformas exclusivamente eléctricas que son las siguientes. La idea es que haya una plataforma para cada segmento en los que opera la empresa.

En cuanto a la producción de baterías, Mercedes-Benz asegura que necesita «baterías de más de 200 gigavatios hora» y que tiene previsto instalar ocho gigafactorías para producir celdas «junto con sus socios de todo el mundo». Estas instalaciones se sumarán a las nueve plantas dedicadas a la producción de baterías que Mercedes-Benz tiene previstas.

«Las baterías de próxima generación estarán altamente estandarizadas y serán aptas para su uso en más del 90% de los coches y furgonetas de Mercedes-Benz«, afirman desde la firma automovilística, que se ha mostrado comprometida a desarrollar y producir las futuras celdas y módulos con socios europeos.

En lo referente a producción, la compañía expone que el año que viene se producirán «ocho vehículos eléctricos de Mercedes-Benz en siete fábricas localizadas en tres continentes». También va a instalar una fábrica de reciclaje de baterías en Kuppenheim, Alemania, que estará operativa para principios de 2030.

Que Mercedes-Benz anuncie esta decisión tiene mucho sentido, sobre todo si nos ceñimos al mercado europeo. Hace algunos días la Comisión Europea dijo que en 2035 las emisiones de los coches tendrán que ser equivalentes a cero, lo que en la práctica se traduce en prohibir la venta de coches de gasolina y diésel.