“Vivir sanamente y ser más productivos” es la frase con la que Microsoft define su actual trabajo en la Microsoft Band, ahora aplicada a la consola Xbox One. Desde su presentación en octubre, el equipo de Redmond enfatizó las funciones del wearable en cuestiones de salud y bienestar, sin dejar a un lado las típicas aplicaciones de los smartwatches.
Entre las principales características, detalladas en su sitio web, están el sensor de ritmo cardíaco, luz ambiental, temperatura corporal, el contador de calorías quemadas, así como el GPS que ayuda a visualizar el recorrido hecho. Por otro lado, funciones como las alertas de llamada, correo electrónico, cronómetro, alarmas y hasta el asistente personal Cortana han sido incluidos en el diseño, logrando la combinación perfecta entre el clásico smartwatch y un dispositivo fitness.
En cuanto a la versión para la Xbox One, se tiene previsto para el siguiente año adaptar las bondades de la Microsoft Band a la consola de videojuegos, de modo que sea capaz de unir el reconocimiento Kinect al sistema Xbox Fitness para contabilizar el trabajo realizado por el usuario, según un reporte en The Daily Mail.
Por el momento, desde el día de ayer es posible adquirir la Microsoft Band por US$199 a través de la Tienda en línea o en centros de distribución en los Estados Unidos. Un precio que, según Xataka, “parece elevado si lo quieren vender en el futuro como accesorio de la consola: quizás estén pensando en una versión más limitada en opciones -quizá sin la pantalla táctil y sin esas notificaciones visuales- para este propósito.”