Microsoft ha hecho lo posible en los últimos años por proveer un navegador web decente, estable y con un buen rendimiento. Esta batalla ha llevado a la empresa a tener que enfrentarse a muchas desilusiones, la verdad.
El último movimiento de Microsoft en función a su navegador Internet Explorer es la posible desconexión, ya que planean conseguir un poco más de ventaja a través de otra estrategia. La hegemonía de Google Chrome en este ámbito no ha permitido despegar a Microsoft y es hora de cambiar el plan.
Internet Explorer dejó un legado, y abrió una puerta para una nueva fase; Edge. Esta ha sido el arma más fuerte de la compañía tecnológica desde que los de la «G» se han adueñado de cada espacio en la red. La noticia de la posible desconexión de Internet Explorer el próximo año proviene directamente de la empresa y no parece haber marcha atrás.
La velocidad de Internet Explorer y la ausencia de recursos ha permitido que Google Chrome brille sin un oponente decente. El lanzamiento de Microsoft Edge en el año 2015 supuso un posible cambio en las reglas del juego. Este nuevo navegador llegaría con la misma tecnología que Chrome, por lo que, debían competir en el mismo campo.
Según los análisis llevados a cabo hasta abril de 2021, la participación de Internet Explorer en el mercado global de navegadores es tan minúscula que casi es imperceptible. Las personas no lo usan a menos que no sea el último recurso. Google Chrome sigue aplastando con una participación de 65% de mercado, seguidos por Safari, desarrollado por Apple, con un 18% de participación.
A través de una publicación en su blog oficial, Microsoft confirmó la despedida de su navegador insignia que desde 1996 hasta mediados de los 2000 ‘s fue una herramienta indispensable para los usuarios. Aquí un fragmento del comunicado.
«La aplicación de escritorio Internet Explorer 11 se retirará y dejará de ser compatible el 15 de junio de 2022 para ciertas versiones de Windows 10».