Desde la última versión de Windows XP, Microsoft se había afianzado con uno de los sistemas operativos más confiables hasta el momento, su Windows 7, pero la noticia de que ya no prestará apoyo técnico para este sistema operativo, no ha dejado muy contentos a los usuarios.
Pese a la renuencia de un gran porcentaje de usuarios a evolucionar a Windows 10, la versión previa más segura y estable hasta el momento era Windows 7, pero el comunicado expresa claramente que solo le queda un año de vida. Según la compañía, el 14 de enero de 2020 dejará de ofrecer soporte para el sistema operativo que actualmente se encuentra instalado en millones de ordenadores.
Una de las consecuencias es la vulnerabilidad en los equipos que mantengan este sistema operativo instalado, lo que incrementa la posibilidad de sufrir ataques de piratas informáticos y los virus serán mucho más probables que ingresen en los sistemas. Esta estrategia no resulta del todo extraña por parte de Microsoft, quienes hace algunos años sacaron del juego a Windows XP, evitando que se actualizarán parches de seguridad, generando múltiples debilidades en el software.
No muchos sienten a su última versión como la más confiable o atractiva para instalar en sus ordenadores, tanto estéticamente como en rendimiento, por lo que, aquellos que hasta el momento confiaban en Windows 7 como su sistema operativo, quedarán en una posición realmente vulnerable, obligando a estos usuarios a evolucionar al Windows 8.1 o Windows 10.
Según las estadísticas mostradas por la firma Net Market Share, el 35,63% de los usuarios aún mantienen Windows 7 instalado en sus ordenadores, mientras que, el 52,36% ha decidido evolucionar a Windows 10. Esta decisión afecta significativamente al mercado, ya que, una vez que se deja de proveer soporte a sistemas operativos, esto se traduce como su salida del mercado, por lo que, algunos productos ya no tendrán compatibilidad con Windows 7 en el futuro.