Sí, esta nota es sobre un hurto agravado acompañado de una usurpación de identidad. Y aún peor, el atraco fue cometido por una niña de tan sólo 6 años que violó medidas de seguridad de última generación. Como todos suponemos, las huellas dactilares son una buena medida de seguridad para proteger nuestros teléfonos móviles, a menos que tengamos hijos. Nadie más que el dueño puede desbloquear el equipo usando esta identificación biométrica, con la excepción, como vemos en este caso, que alguien se encargue de usar el dedo del usuario autorizado para salirse con las suya.
Según los reportes finales de lo acontecido, la niña tomó el teléfono y usó el dedo de la madre mientras ésta dormía plácidamente, y de esta manera pudo activar el smartphone. Luego, abrió la cuenta de Amazon de su mamá y eligió todos los productos que quería en la tienda y pidió el envío directamente a su domicilio, en Arkansas. Los padres de la niña recibieron por correo electrónico la confirmación de la compra, que incluía 13 productos relacionados a los Pokémons y accesorios también de la misma serie. En principio, los padres, que usan una cuenta en común en Amazon, pensaron que la cuenta había sido alterada por un ladrón cibernetico, pero luego descubrieron que había sido la pequeña. Ashlynd, de hecho, estaba emocionada por todos sus nuevos juguetes y confirmó con orgullo que había hecho la compra.
Los Howell, sin embargo, molestos por la travesura, quisieron suspender la operación y devolver todos los productos pero sólo lograron hacerlo con 4 de los 13 objetos adquiridos por la niña. La empresa no aceptó cancelar el resto de las compras. Expertos que han opinado al respecto afirman que la facilidad para hacer una compra en línea a través de plataformas que registran y almacenan toda nuestra información para darnos una experiencia más ágil en nuestras compras futuras es buena, pero puede ser un arma de doble filo como lo fue para los Howell.