Dos erupciones solares se produjeron el domingo 15 de marzo de 2015 y llegaron a la tierra 15 horas antes de lo previsto. Desde el Centro de Predicción de Clima Espacial en Boulder, Colorado, los meteorólogos espaciales calcularon que se produciría una tormenta solar en la tierra entre el martes en la noche y el miércoles en la mañana, pero sorprendentemente empezó mucho antes, el martes en la mañana.
Y no solo eso, según la escala del 1 al 5 de la Agencia Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), esperábamos una tormenta solar nivel 1, que en su lugar fue nivel 4, considerada “severa” por dicha institución. Es importante recalcar que una tormenta solar de tal magnitud tiene el potencial de afectar los sistemas eléctricos, de comunicaciones y geolocalización en nuestro planeta.
Afortunadamente no se han reportado daños y desde el martes en la mañana se han podido apreciar inmensas auroras boreales en ambos hemisferios. En el caso del hemisferio norte, la visibilidad de las auroras se extendió mucho más al sur que de costumbre, incluso ciudadanos de Wisconsin, Montana, Washington y Dakota del Sur pudieron capturar el espectáculo.
También pudo verse en otros lugares de Estados Unidos, como Minnesota, Tennessee y Oklahoma. En Europa sucedió lo mismo para países como Rusia, Alemania y Polonia. Muchos intentan explicar lo sucedido, la teoría más aceptada es que ambas explosiones combinadas produjeron un fenómeno más intenso, pero la mayoría se encuentra de acuerdo en que es demasiado pronto para conjeturas.