La inteligencia artificial permite llevar a cabo multitud de mejoras en la vida de las personas. Gracias a ella es posible crear máquinas y robots que realicen la actividad de varias trabajadores con una sola máquina o incluso operar a pacientes con precisión extrema. Esta también ha llegado al sector del automóvil, lo que ha permitido que la tecnología cubra acciones humanas. Toyota quiere entrar de lleno en los vehículos autónomos y el I+D, y va a hacerlo con una inversión de $1.000 millones en inteligencia artificial.
Con ello nace Toyota Research Institute, cuya sede estará en Silicon Valley, y además tendrá otro centro cerca del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Una parte considerable del proyecto irá destinada a los vehículos autónomos, pero no es el único objetivo de Toyota. La compañía ya ha mostrado en alguna ocasión prototipos de robots que mantienen conversaciones lógicas, que ayudan a las personas discapacitadas o que incluso llegan a tocar instrumentos musicales.
Sin embargo su preocupación por la conducción segura es total, y así lo ha mostrado John Hanson, portavoz de Toyota. «Hay alguna gente en búsqueda de la conducción autónoma como su meta final. Definitivamente será en el futuro. Lo que queremos hacer es empezar a salvar vidas inmediatamente«. La conducción es algo que está presente en la vida de todas las personas diariamente y cualquier mejora es bien recibida.
Un objetivo de Toyota es conseguir que todos puedan conducir independientemente de sus habilidades. Mediante el uso de inteligencia artificial será posible anticipar las reacciones para reducir el riesgo de accidentes, que la conducción sea más segura y además «ayudará a llenar el vacío entre la investigación básica y el desarrollo de productos«.
Pero no hay que olvidar que los vehículos autónomos están siendo observados con lupa. El incidente de Fiat Chrysler este verano así como las manipulaciones del software de algunos VolksWagen han hecho que el uso de tecnología e inteligencia artificial genere ciertos reparos en los usuarios. Quizá Toyota logre demostrar que su implementación tiene sin duda grandes beneficios. ¿Lo conseguirá?