Por un lado, el iPhone es uno de los productos de consumo más deseados, sin embargo también es el que más problemas nos puede acarrear debido a la relación de dependencia que genera en sus usuarios.
Según el estudio, cuyo principal autor es Russell Clayton, estudiante de doctorado en la Escuela de Periodismo de dicha universidad, la dependencia del iPhone llega hasta el extremo de que muchos lo consideran una extensión de su propio cuerpo y les supone un problema no tenerlo siempre a mano.
Para estudiar la dependencia del iPhoen, Clayton monitorizó la presión arterial y la frecuencia cardiaca de una serie de sujetos mientras realizaban una serie de ejercicios sencillos como crucigramas o acertijos mientras llevaban su iPhone encima. En una segunda parte del estudio se les retiró el iPhone y siguieron realizando la monitorización de sus constantes mientras resolvían lso mismos ejercicios. En este segundo paso, la dependencia del iPhone quedó patente cuando se hizo sonar sus teléfonos. Las cosntantes se dispararon, los sentimientos de ansiedad aumentaron y los resultados de los sencillos ejercicios disminuyeron.
Lo cierto es que parece un estudio pagado por Android, ¿verdad?, lo que no significa que no tenga razón. Si queréis echarle un ojo, aquí os podéis descargar el estudio completo.