Con más de 1 millón de personas enviando Tweets, mensajes de texto, hablando por teléfono y publicando cosas en Facebook durante el día del Super Bowl XLIX, que se celebrará este 1 de febrero en Glendale, Arizona, las redes telefónicas tendrán uno de sus mayores desafíos. Para hacer frente a los requerimientos del acontecimiento, Verizon anunció los cambios que hará en sus redes 4G LTE.
El Super Bowl ha demostrado que más que un simple acontecimiento deportivo es también uno de espectáculos, de la mercadotecnia y cada vez más también de la tecnología. Por eso, Verizon Wireless instalará 13 antenas celulares portátiles en las inmediaciones de Glendale, Phoenix y Scottdale para dar abasto a los miles de visitantes que se espera asistan al Super Bowl y utilicen Internet móvil en sus teléfonos celulares.
Además, Verizon anunció que incrementará cuatro veces la capacidad de sus redes 4G LTE y que un equipo de 12 ingenieros estarán pendientes el día del juego en el estadio de la Universidad de Phoenix para monitorear y administrar las redes Verizon en tiempo real para el mejor desempeño.
La compañía telefónica informó que durante el Super Bowl 2014, celebrado en el estadio MetLife de Nueva Jersey, los clientes de Verizon consumieron 1.9 terabytes de datos móviles sólo durante la hora más pesada del encuentro que en aquella ocasión tuvieron los Broncos de Denver contra los Halcones Marinos de Seattle. La cantidad de Internet necesario para el 2015 será mayor, según predice la compañía.
Llevar los encuentros deportivos al ambiente digital en tiempo real y desde los estadios es algo que también se vivió durante cada uno de los partidos de la Copa Mundial de Fútbol de 2014 celebrada en Brasil, y donde incluso Twitter destacaba en sus tendencias aquellos tweets generados dentro de los complejos deportivos.
En esta ocasión es una compañía telefónica la que mostró la manera en la que se prepara para hacer frente al Super Bowl, acontecimiento que año con año supera su expectación y atrae a más público, pues tan sólo en Estados Unidos, el Super Bowl XLVIII del 2014 fue el más visto de la historia, con 112.2 de televidentes.