Apple enfrenta una demanda de US$113 millones por ralentizar sus iPhones

Posteriormente a que Apple oficialmente aceptara que había ralentizado sus iPhones más antiguos para que actualizaran a versiones más recientes, todo ha girado en torno a la forma tan desleal en que opera esta compañía. La marca de la manzana se caracteriza por ofrecer dispositivos que no son nada económicos, garantizando buen rendimiento, procesos rápidos y basados en un concepto poderoso.

Pero la debilidad se encuentra en su sistema operativo iOS, ya que, son capaces de manipularnos para crear la percepción de que el teléfono inteligente ya no cuenta con las capacidades para afrontar los nuevos contenidos que ofrecen las distintas plataformas. Ante la constante presión de los usuarios y las investigaciones que se habían venido realizando, finalmente, se ha llegado a un punto concluyente en toda esta situación, ya que, Apple deberá pagar 113 millones de dólares en Estados Unidos.

En cualquier parte del mundo esto puede catalogarse como una estafa, y aunque la compañía ha tratado de limpiar su nombre manteniendo esta situación a raya, para muchos es difícil volver a confiar en la compañía de la manzana. La empresa ha llegado a un acuerdo extrajudicial en 33 estados de los Estados Unidos donde se le acusa por hacer que deliberadamente los teléfonos iPhone más antiguos fuesen más lentos.

La acusación hacia Apple es seria, ya que, han engañado a los clientes, y han ocultado información relevante, la cual afectaba el rendimiento de sus dispositivos, empujándolos a comprar las últimas versiones de sus teléfonos inteligentes. La ralentización de modelos como el iPhone 6 y 7 gracias a la actualización de sus sistemas operativos, fue justificada por la marca para prevenir que los dispositivos sufrieran sobrecarga, una afirmación que absolutamente nadie creyó.

Desde cualquier perspectiva, los consumidores siguen señalando a los de Cupertino como responsables de desarrollar prácticas poco fiables para empeorar el funcionamiento de los dispositivos, lo que llevó a los usuarios a comprar baterías o incluso equipos nuevos. Ante esto, en el mes de marzo, la compañía aceptó pagar la demanda colectiva con un total de 500 millones de dólares.