Microsoft ha sido testigo de un importante revés este fin de semana. Su último sistema operativo, Windows 8.1, ha sido analizado en busca de fallos de seguridad y el resultado ha sido negativo. Google ha encontrado un fallo en su seguridad y ha publicado el informe acerca de este bug de Windows 8.1 antes de tiempo.
Aunque el análisis se realizó en octubre del año pasado, Project Zero -la división de seguridad de Google encargada de llevarlo a cabo- ha mantenido el margen de tres meses para hacerlo público. La fecha en la que se informó a Microsoft del bug de Windows 8.1 fue el 13 de octubre, por lo que se esperaba que fuera publicada el 13 de enero. Sin embargo, Google se ha adelantado y lo ha anunciado este fin de semana. Este acontecimiento ha disgustado a Microsoft, que ha mostrado su descontento ante el adelanto en la fecha de publicación.
Chris Betz, director del Centro de Seguridad de Microsoft, ha afirmado que la empresa había pedido a Google que esperara hasta el 13 de enero. Así mismo, ha declarado que no le ha parecido correcta la actuación de Google y que ha buscado más dejarles en evidencia que velar por los usuarios. Ese día iba a llevar a cabo la actualización que solucionaría el bug de Windows 8.1 que permite a cualquier usuario obtener privilegios de administrador. Por su parte Google ha respondido que 90 días (3 meses) es tiempo más que suficiente para hallar la solución a los problemas y aplicarla, por lo que de nuevo «lanza la pelota al tejado» de Microsoft.